El yoga es todo acerca de…
Si lees mucho sobre yoga, como nosotros, es posible que hayas notado la prevalencia de frases como "el yoga se trata de conciencia, el yoga se trata de dejarse llevar, el yoga se trata de escuchar a tu cuerpo". Sea cual sea el tema, puedes estar seguro de que el yoga se trata de eso. Sí, incluso lo hemos practicado nosotros mismos. Aunque el lenguaje es un poco hiperbólico, mantenemos el sentimiento. El yoga puede tratar de todas estas cosas y más porque el yoga no es solo una cosa. Es una práctica en constante evolución, cambiante, personal, adaptable, fluida y multipropósito.
Todos podemos estar de acuerdo en que el yoga se trata de flexibilidad . También se trata de fuerza . Se trata de la interacción entre ambos, que es particular para cada persona y cambia todo el tiempo. Se trata de saber cuándo intentar algo difícil y cuándo dar marcha atrás. Se trata de movimiento, pero también de quietud. Se trata de cultivar nuestra voz interior mientras, al mismo tiempo, descubrimos cómo funcionar en sociedad.
Si combinamos todo esto, veremos que el yoga trata en realidad de encontrar el equilibrio, de encontrar un camino entre los extremos. La necesidad de equilibrio es tan fuerte en nuestra vida cotidiana como en el yoga. Y si pensamos mucho en el yoga, como lo hacemos nosotros, entonces ya sabemos que los problemas que abordamos en nuestras colchonetas también tienen sus consecuencias en el resto de nuestras vidas.
Cuerpos en equilibrio
El equilibrio en la práctica del yoga adopta muchas formas diferentes, pero muchas de ellas giran en torno a la negociación entre la firmeza y la tranquilidad, también conocidas como sthira y sukha. Cuando estás literalmente de pie sobre una pierna o sobre tus manos, puede que estas sean las últimas cosas en las que piensas, pero en realidad estás haciendo uso de ambas. Tu postura requiere una base sólida, pero si te pones demasiado rígido te caerás. La estabilidad debe contrarrestarse con flotabilidad. Consigue la combinación adecuada y tu triunfo temporal sobre la gravedad dará lugar a la alegría.
También es necesario un equilibrio entre los tipos de práctica activos y los más pasivos. Se siente bien estimular las endorfinas con una práctica atlética, fluida y vigorosa. Una asana o meditación lenta, estática y tranquila complementa toda esa energía yang con una dosis de yin. Si eres más propenso a tener mucha energía y estar en constante movimiento, es posible que te inclines por las asanas de ritmo rápido, pero en realidad podrías beneficiarte de un toque de quietud. Si tiendes a ser más relajado, Vinyasa puede darte el pequeño empujón que necesitas.
La tranquilidad mental también es un componente esencial de la práctica de asanas. En la vida diaria, se nos anima a esforzarnos, lograr y vencer a nuestros rivales. Recibimos todo tipo de energía agresiva y competitiva del mundo que nos rodea. Para equilibrar las cosas, deja esta mentalidad fuera de la sala de yoga con tus zapatos. En lugar de intentar ganar venciendo a otra persona, prueba tus propias ventajas, ábrete a todas las experiencias, agradables o no, y acepta las sensaciones difíciles.
Haz una pose
No adoptes una postura, sino un equilibrio. La postura perfecta no es lo que buscamos. La asana es siempre un trabajo en proceso, no un producto terminado. En lugar de permitir que un enfoque orientado a objetivos domine tu yoga, deja que el camino orientado al proceso se desarrolle fuera de tu tapete. La vida está llena de relaciones de tira y afloja: trabajo y familia, independencia y compromiso, aspiración y satisfacción . El yoga trata de lograr un mejor equilibrio entre las complicadas partes opuestas del ser humano.
Yogi destacado @mr.liam_amo