El amor propio es una palabra de moda en la comunidad del bienestar, lo que significa que escuchamos mucho hablar sobre la importancia de aceptarnos y amarnos a nosotros mismos, pero no muchos consejos útiles sobre cómo lograrlo. La mayoría de las personas no pueden simplemente despertarse una mañana y decir: "este es el día en que rechazaré la vida de condicionamiento que ha resultado en mi autoestima paralizante y sentimientos de indignidad". Pero sí puedes despertarte hoy y decidir hacer yoga.
Habitar plenamente tu cuerpo a través de prácticas de conexión a tierra como el movimiento y la respiración te ayudará a sentirte más cómodo contigo mismo. La apreciación por ti mismo crece a medida que descubres de qué eres capaz y cómo estar en el momento presente. A medida que aprendes a sentirte más conectado con todas las diferentes partes de tu ser, tu amor por ti mismo crece de forma natural.
Amar tu cuerpo
Una de las lecciones más importantes del yoga es aceptar tu cuerpo tal como es en un día determinado. Cuando comiences a practicar asanas de yoga, probablemente no te resulte fácil. Puede que te cueste acomodar tu cuerpo para que se parezca a las posturas que ves en las demostraciones al frente de la sala. No tienes idea de lo que estás haciendo. No puedes forzar ni convencer a tus isquiotibiales para que se inclinen más hacia adelante, así que tienes que aceptarte tal como eres.
Con una práctica constante, es posible que pronto empieces a ver mejoras que te hagan sentir bien contigo mismo. Has hecho algo difícil y tu cuerpo y tu mente han experimentado un cambio positivo. Si has tenido problemas con tu imagen corporal, es posible que tus malos sentimientos sobre cómo se ve tu cuerpo se reemplacen con buenos sentimientos sobre lo que puede hacer.
En el yoga no hay un objetivo final, no hay un lugar donde puedas parar y dormirte en los laureles, al menos no por mucho tiempo. Siempre habrá otro desafío y otras oportunidades para repetir el ciclo de intentar, fallar, dudar de ti mismo y superar. Con el tiempo, puedes llegar a ver que el fracaso y la duda no son la parte más importante del proceso. En realidad, tampoco lo es la superación. Intentar, intentar e intentar una y otra vez es la práctica. Es mucho más difícil verte a ti mismo como un fracaso cuando se revela lo irrelevante que es el éxito.
Liberando tu mente
El yoga y la meditación nos enseñan a estar en el momento presente. Piensa en el diálogo interno negativo que se produce en tu cabeza. Te estás castigando por algo que sucedió en el pasado o te estresas por algo que sucederá en el futuro. Pero ¿qué sucede ahora? ¿Qué estás haciendo ahora?
Cuando meditas, te sientas y respiras. Cuando estás en una postura de yoga profunda, tu cuerpo adquiere una forma diferente, pero sigues respirando. Inhalas. Exhalas. Inhalas. Exhalas.
La respiración es un refugio donde puedes mantener a raya el pasado y el futuro y permanecer en el presente, aunque sea por unos instantes. Y esta herramienta tan útil está siempre contigo, disponible en cualquier momento.
Cuerpo, encuentro con mente
Liberar la rigidez y crear espacio en el cuerpo son partes importantes de la práctica física del yoga, pero también se trata de crear espacio en la mente. La extrema fisicalidad de la práctica de asanas (que no significa acrobacias de estilo circense, sino la concentración y la minuciosa atención a los detalles que requiere alinear el cuerpo en cualquier postura de yoga) tiene el efecto de vaciar temporalmente la mente.
Cuando regreses, es posible que notes que las cosas se han reorganizado. Es posible que tu negatividad y tus dudas sobre ti mismo hayan dejado lugar a tu positividad y amor propio. No sucede de la noche a la mañana, pero con una práctica constante, sí sucede.