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Si quieres practicar más yoga, no puedes depender de las buenas intenciones ni de la fuerza de voluntad. La forma de lograr un cambio es convertirlo en un hábito, lo que significa reservar el tiempo y asegurarse de que tu rutina sea práctica y se adapte a tu estilo de vida.
Practicar más yoga significa estar más feliz y más sano, así que establece objetivos realistas y luego planifica de forma que puedas alcanzarlos. El primer paso es revisar detenidamente tu calendario y anotar con tinta permanente tus horarios de yoga. No dejes que la inconsistencia sea tu perdición. Hacer una clase aquí y un estiramiento allá no va a mejorar tu cuerpo, tu estado de ánimo y tu vida de la misma forma que lo hará subirte a la colchoneta tres veces por semana.
1. Ir a clase
Si te gusta ir a clase, elige un estudio que esté cerca de tu casa o lugar de trabajo (es menos probable que vayas si requiere un viaje especial o un largo trayecto). Saca tu agenda, tu calendario, tu teléfono, donde sea que escribas las cosas importantes que tienes que hacer. Triangula hasta que tengas un horario viable de tres clases a la semana.
Si odias levantarte por la mañana, no intentes llegar a la clase de Power Flow de las 6 a. m. No estás tratando de convertirte en una persona madrugadora, estás tratando de hacer más yoga. Obtén una membresía o una tarjeta de clase. Ahorrarás dinero y tendrás más probabilidades de cumplir con tu plan porque ya está pagado.
No subestimes el valor de interactuar con una comunidad frecuentando las mismas clases. Saber que tu profesor y tus compañeros de clase esperan de ti es muy motivador. Ir al estudio de yoga con regularidad es realmente la forma más fácil de aumentar tu nivel de yoga. Todo lo que tienes que hacer es asistir y el yoga se ocupará de sí mismo.
Consejo profesional: las clases a la hora del almuerzo te permiten salir de tu oficina, alejarte de tu escritorio y respirar aire fresco. Volverás con energías renovadas para la tarde, algo que no lograrás si ingieres una ensalada blanda. Si tu lugar de trabajo ofrece clases de yoga como beneficio, ¡adelante! Muchos instructores maravillosos imparten clases corporativas para obtener ingresos adicionales, por lo que probablemente recibirás una clase excelente.
2. Practica en casa
Si prefieres practicar en casa , la clave está en establecer un horario. Es bueno tener un pequeño espacio dedicado a tu mat de yoga porque todos sabemos lo fácil que es distraerse con lo que hay en la heladera o en Netflix, pero no dejes que la falta de un entorno perfecto se convierta en tu razón para no practicar. No es tan complicado desplegar tu mat donde tengas espacio (y es un buen ejercicio de flexibilidad).
No tienes que hacer yoga a la misma hora todos los días ni ponerte ninguna regla una vez que lo tengas en el calendario. Configura alertas para recordarte que debes ir a tu mat cuando el reloj marque la hora de yoga. Si puedes simplemente fluir libremente durante 30 minutos, hazlo. Si necesitas algo de inspiración, aprovecha una de las muchas aplicaciones o servicios de video disponibles que mantienen las clases frescas transmitidas en tu hogar.
3. Reiniciar cuando sea necesario
Una vez que adquieras el hábito de practicar yoga, no querrás parar. Pero a veces hay un obstáculo en el camino que te hace perder el ritmo. Si te despiertas una mañana y te das cuenta de que has dejado pasar el tiempo de yoga, puedes decidir arreglarlo en ese mismo momento. No significa que hayas fracasado y que debas rendirte. En cambio, debes estar dispuesto a reajustarte constantemente según sea necesario para que el yoga siga fluyendo.
