¿Alguna vez has escuchado el lema “Todos los días son el Día de la Tierra” y te has preguntado cómo hacer que tu vida diaria sea más sostenible? Puedes hacer tu parte en tu propio hogar haciendo pequeños cambios que resulten en un uso menor de energía, menos agua, menos papel y menos plásticos dañinos. Como yoguis, a menudo hablamos sobre cómo llevar tu yoga fuera de la esterilla. Tomar decisiones simples y cotidianas para el bien común es una gran manera de avanzar.
1. Ponte un suéter
En los años 70, el presidente estadounidense Jimmy Carter sugirió que los estadounidenses podrían ahorrar energía poniéndose un suéter en lugar de encender la calefacción. Los medios de comunicación actuaron como si esta idea fuera absurda, pero resulta que la solución sencilla de Carter estaba muy adelantada a su tiempo.
Aunque la calefacción y el aire acondicionado son necesarios en muchos climas, hay muchas formas de modificar tus hábitos para que estés cómodo y no dañes el termostato. En los meses más fríos, acurrúcate bajo mantas acogedoras, ponte calcetines mullidos y bebe grog caliente en lugar de subir la calefacción. En verano, opta por ropa de cama ligera, ventiladores y bikinis.
2. Lave con agua fría y seque al aire su ropa de yoga.
Tus leggings elásticos, sujetadores deportivos y bonitas camisetas con tiras durarán más y te quedarán mejor si los lavas con agua fría y los dejas secar al aire. Cuando laves a máquina, es fundamental elegir agua fría, ya que los expertos calculan que el agua caliente representa entre el 75 y el 90 % de la energía utilizada en una carga de ropa. Los detergentes y las lavadoras modernas se han diseñado para obtener un buen lavado con un ciclo de agua fría.
Si tu ropa de yoga sudada parece retener, ejem, olores, prueba a añadir vinagre blanco o bicarbonato de sodio al ciclo de lavado (¡pero no ambos, a menos que estés construyendo un volcán para la feria de ciencias!). Utiliza solo un poco de detergente y nada de suavizante de telas al lavar, ya que la acumulación de estos agentes también puede retener los malos olores. Dejar secar la ropa de entrenamiento después de la clase y darle la vuelta antes de lavarla también ayuda a mantener a raya los olores desagradables. Si el olor es particularmente persistente, prueba a poner la prenda en el congelador durante la noche.
El secado al aire libre también ayuda a disipar los olores persistentes. Si vives en un clima cálido y tienes un patio trasero, opta por el encantador estilo europeo colgando algunos tendederos para ampliar la capacidad de secado al aire.
3. Reduce el correo en papel
En esta era de las comunicaciones electrónicas, recibir una carta de amor escrita a mano por correo postal es emocionante. Recibir correo basura y facturas no lo es. Esos catálogos, ofertas de tarjetas de crédito y anuncios de televisión por cable son un gran desperdicio de papel (es decir, árboles). Cuando esté listo para tomarse en serio la reducción de su correo no solicitado, comience por hacer una pila de las cosas que ya no desea recibir. Las estrategias a partir de ahí variarán según el país. En el Reino Unido, puede darse de baja registrándose en Royal Mail. El correo de EE. UU. no proporciona este servicio, pero ambos países tienen una Asociación de Marketing Directo que ofrece una lista de "No enviar correo". En EE. UU., consulte Catalog Choice para eliminar su nombre de varias listas de correo a la vez.
Inscríbase para recibir facturas y resúmenes electrónicos siempre que pueda. Por lo general, puede hacerlo con sus tarjetas de crédito, servicios públicos, teléfono, proveedores de Internet, en realidad con todo. La mayoría de las empresas lo hacen fácil porque también prefieren el sistema electrónico. Ahorrará tiempo y dinero al pagar sus facturas de esta manera. A algunas personas les gusta la comodidad de permitir débitos automáticos de sus cuentas bancarias, pero también puede pagar en línea manualmente cada mes si lo prefiere. Además, considere recibir sus periódicos y revistas en formato digital en lugar de en papel. Las ediciones electrónicas de los periódicos también lo mantienen mejor informado cuando surgen noticias.
4. Apaga las cosas
Apagar cualquier aparato eléctrico cuando no se esté utilizando ahorra energía. Las luces son el punto de partida. Aunque trabajes desde casa, no es necesario que todas las luces de la casa estén encendidas todo el día. Si tienes hijos, apaga todo cuando se hayan ido a la escuela. Cuando las bombillas incandescentes se fundan, reemplázalas por modelos LED o fluorescentes compactos, que cuestan más al principio, pero consumen menos energía y duran más.
Ponga su computadora en modo de suspensión después de 10 minutos de inactividad y apáguela por la noche. La mayoría de los expertos coinciden en que es mejor apagar los sistemas de aire acondicionado y calefacción cuando no está en casa. Puede que tarde unos minutos en alcanzar la temperatura deseada cuando regrese, pero es más rentable que enfriar o calentar una casa vacía.
Apaga los aparatos electrónicos (como la impresora de tu casa) que estén en modo de espera durante días sin usar. Cualquier dispositivo con una pequeña luz o pantalla digital consume una pequeña cantidad de energía, aunque los modelos más nuevos han sido diseñados para minimizar este consumo. No tienes que volverte un maníaco que se meta debajo de los muebles para desenchufar el televisor todas las noches, pero una rápida vuelta por tu sala de estar probablemente te revelará muchos aparatos que se pueden apagar cómodamente.
Pequeños cambios, grandes diferencias
Una vez que empieces a hacer este tipo de pequeños cambios en tu estilo de vida, sin duda empezarás a notar otras cosas que puedes hacer en tu casa para ahorrar energía y dinero. Vivir de forma más sostenible tiene un efecto dominó, ya que las comunidades y los países empiezan a priorizar un planeta saludable.