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Cuando los tiempos son oscuros, tanto a nivel personal como social, tenemos que luchar por la luz. El camino de menor resistencia conduce a la desesperación. En cambio, hay que tomar el camino de mayor resistencia. Hay que redoblar los esfuerzos en las cosas que aligeran la carga.
No podemos simplemente caer y revolcarnos en nuestra miseria. Vale, tal vez un poco, pero no es una solución a largo plazo. Muy pronto tendremos que volver a ponernos de pie. Para mantenernos en posición vertical, tenemos que hacer las cosas que nos conectan con nuestros cuerpos , con nuestros espíritus y con los demás. Tenemos que encontrar formas de encender la alegría y cuidar esa pequeña llama .
En yoga, eso podría ser la rutina de llegar a tu mat todos los días, el humor de tambalearse a través de un equilibrio complicado, el triunfo de hacer una postura desafiante o la comunidad de la inhalación colectiva antes de un om.
El lado oscuro
Para hablar de luz, también tenemos que fijarnos un poco en la oscuridad. Ambas están siempre entrelazadas: el día va con la noche, el yin con el yang, la cara con la cruz, la mitad llena con la mitad vacía. Parte de la condición humana es descubrir cómo manejar estas fuerzas opuestas para que ninguna de ellas nos abrume. Nuestro desafío es encontrar el equilibrio para que, incluso si el péndulo comienza a oscilar violentamente, vuelva al centro en algún momento. Entonces, ¿qué hacemos cuando hay un viento huracanado que empuja a ese pobre péndulo hacia el agujero más negro?
La luz en el yoga
El yoga y la meditación ayudan a mantener la luz, ya que le dan a tu mente ocupada un descanso de sus pensamientos catastróficos. No se trata de desconectarse o enterrar la cabeza en la arena para tener tiempo para uno mismo y tomarse un respiro de uno mismo. No se puede vivir en un estado constante de indignación sin ceder pronto a la desesperación, lo que te convierte en un miembro menos útil de la resistencia.
Una práctica de yoga vigorosa y sudorosa actúa como una liberación muy necesaria de la tensión que quizás ni siquiera te des cuenta de que tu cuerpo está cargando. Una sesión de estiramiento a un ritmo más lento alivia tus músculos de la carga del estrés. Si practicas con otras personas, recordarás que no todo el mundo se ha vuelto completamente loco. Si practicas solo, tendrás un respiro de tener que lidiar con otras personas. Ya sea rápido, lento, en clase o en casa , practica, practica, practica, haz que se activen esas endorfinas y levántate de Savasana sintiéndote más ligero de cuerpo y mente, preparado para ceñir tus lomos y seguir siendo la voz de la razón en un momento irracional.
Luz y amor
Como yoguis, usamos mucho la palabra namaste. La cantamos al final de la clase, la llevamos en nuestras camisetas, saludamos o nos despedimos con ella en nuestros correos electrónicos. La palabra es lo suficientemente flexible como para adaptarse a estos innumerables usos. Una de las traducciones más comunes es “la luz en mí honra la luz en ti” o, en el lenguaje de las redes sociales, te veo. Reconozco un espíritu afín, reconozco tu humanidad. Te celebro y siento tu reciprocidad. En tiempos oscuros, esta pequeña palabra es un recordatorio de que hay luz en mí y luz en ti. Hay poder en esa conexión. Nos da la fuerza para levantarnos, individual y colectivamente, para que podamos brillar otro día. Del pantano, florece el loto.
