1. La saludable práctica de alejarse de lo cotidiano
A veces entras a una clase de yoga y sientes como si soltaras un suspiro que no sabías que estabas conteniendo. Llegas con todas las preocupaciones de tu vida sobre tus hombros. Te mueves, respiras, te quedas quieto. Cuando te levantas de la postura del cadáver , renaces un poco. Te sientes más ligero y brillante. Lo que antes era tan urgente parece menos apremiante ahora.
La clase de yoga nos saca de nuestra experiencia diaria y nos permite reiniciarnos . Esa es la sensación a la que volvemos una y otra vez, la que tratamos de mantener a medida que avanzamos por el mundo. La clase puede durar una hora y el alivio un poco más, pero ¿cómo sería mantener nuestro estado elevado? ¿Durante tres días, una semana, dos semanas? Si pudiéramos tener esa misma sensación de yoga durante más tiempo, ¿podríamos fomentar un cambio real? Ese es el efecto de ir a un retiro de yoga y comienza a explicar por qué los viajes de retiro son tan populares.
2. Tiempo de espera
A veces, la vida moderna avanza a un ritmo bastante implacable. La presión por rendir constantemente, superarse una y otra vez consume mucho ancho de banda; requiere más de lo que le corresponde de energía, creatividad y, quizás lo más importante, tiempo. El frenético impulso por lograr algo no deja mucho tiempo para reflexionar, contemplar o simplemente existir. Un cerebro que está constantemente ocupado con la próxima tarea no es libre para soñar, apreciar experiencias o cultivar cualquier tipo de perspectiva sobre la forma en que queremos vivir. El tiempo siempre escasea.
Los retiros de yoga suelen describirse como un espacio de contención, pero también pueden contener tiempo. Tiempo para pensar, moverse, jugar o simplemente existir. Tiempo para estar fuera de la rutina diaria el tiempo suficiente para ver el panorama general. Tiempo para liberarte de tu rol en casa, de tu puesto de trabajo, de tus indicadores de éxito. Cuando te separas de las normas cotidianas, puedes descubrir que no estás definido por ellas como creías. Incluso puedes descubrir que no tienes por qué estar definido por nada. Esa es la libertad que puede traer salir de las expectativas sociales y las rutinas monótonas.
3. Desconectarse para reconectarse
A veces es necesario separarse (física, temporal o psicológicamente) para reconectarse con lo que uno es y lo que es importante para uno. La liminalidad es el estado de transición entre dos cosas. A veces es necesario crear ese espacio para uno mismo. Incluso si uno vuelve al mismo trabajo, al mismo apartamento, a los mismos amigos, el hecho de haberse separado cambia irrevocablemente.
Mientras estás en el espacio liminal, tienes la oportunidad de hacer conexiones más profundas. Esto podría significar que dejes la ciudad y te conectes con la Tierra en un entorno natural. Podría significar que dejes atrás a las personas que quieren que seas de cierta manera y te conectes con quien realmente quieres ser, dándote la oportunidad de reescribir tu historia. Con los ojos claros de la distancia, puedes ver qué personas y prácticas te elevan y cuáles te derriban. Puedes formar conexiones profundas con las personas que están pasando por esta intensa experiencia contigo. Juntos, pueden desterrar el aislamiento y crear sistemas de apoyo.
A través del movimiento y la meditación, te conectas con tu cuerpo y tu espíritu. Cuando llega el momento de regresar, te llevas contigo las nuevas conexiones que encontraste. Es posible que te hayas ido sintiéndote solo, abrumado y agotado. Regresas sintiéndote conectado, renovado y con una comprensión más profunda de tu lugar en el mundo.
4. Vitamina R(retiro)
A veces, lo único que quieres es salir de la ciudad. Sentarte en la playa todo el día para producir vitamina D, moverte y liberar endorfinas y que alguien te prepare la cena. Ponlo en la categoría de cuidado personal. Especialmente en invierno, retirarse a un clima más soleado satisface una necesidad fisiológica y es un elevador natural del estado de ánimo.
Cualquiera sea el motivo por el que te llame la atención ir a un retiro, es una voz que vale la pena escuchar. La combinación de tiempo, separación y prácticas saludables nutre el cuerpo y la mente al crear una zona segura donde se bajan las guardias y los minutos no están destinados a llenarse. Al igual que una clase de yoga, un retiro te permite moverte, escuchar tu voz interior y estar aquí ahora. Son cosas que vale la pena mantener. Ir a un retiro reafirma que eres importante para ti.
Crédito de la imagen destacada: @emmabonnici_kangayoga @jacobs_jonny