Guía de yoga para el estrés de las vacaciones: cómo lidiar con el dinero, la familia y la comida al estilo del yoga

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Yoga Guide to Holiday Stress: Deal with Money, Family, and Food the Yoga Way

El estrés de las vacaciones es real, y las finanzas, la familia y la comida encabezan nuestra lista. A continuación, presentamos una mirada atrevida sobre cómo el yoga te ayuda a lidiar con lo que te depare la temporada.

Por Ann Pizer who has been practicing and writing about yoga for over 20 years. Publicado el: 20th December 2022

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    ¡Respira profundamente durante diciembre!

    Es la época más maravillosa del año, ¿verdad? Bueno, si miramos más allá de los paseos en trineo (no es difícil, los paseos en trineo son un pasatiempo bastante de nicho en estos días) y el chocolate caliente (hazlo con leche de avena espumada, nibs de cacao y azúcar de coco, ¿vale?) (espera, ¿toda esta cuestión de la "temporada de fiestas" es solo propaganda para el invierno? ¡El invierno tiene unas relaciones públicas increíbles!), resulta que las fiestas son bastante estresantes para muchos, una fuente de conflicto para otros y francamente deprimentes para más de unos pocos.

    Pero, escucha, no has estado haciendo todo el año la postura boca abajo y respirando con el perineo en vano. Siempre decimos que lo que haces en tu mat te prepara para enfrentar todas las dificultades de la vida fuera de él. Veamos cómo usar las lecciones de yoga para manejar tres factores estresantes comunes durante las vacaciones: el dinero, la familia y la comida.

    1. Gastos

    Tu lista de compras se ha descontrolado. Para poder pagar todos estos regalos, tendrás que echar mano de tu alcancía del retiro de yoga . Pues bien, adivina qué, no vas a sacrificar esa semana en Perú. ¡Machu Picchu no espera a nadie!

    Antes del yoga: es posible que alguna vez hayas agotado tus tarjetas de crédito o sacrificado tu presupuesto para el cuidado personal. Pero el yoga nos enseña cuándo decir basta. Has aprendido que llevar tu cuerpo más allá de sus límites no es saludable. Lo mismo ocurre con tu cuenta bancaria.

    Después del yoga: Tienes las herramientas para ver que tienes opciones. Por ejemplo, puedes:

    A. Ten una conversación franca con tus hermanas, tus primas y tus tías en la que sugieras un amigo secreto con regalos hechos a mano o un intercambio de libros.
    B. Visita Pinterest con fuerza para encontrar inspiración para hacer manualidades o repostería.
    C. Reserva Perú para las dos últimas semanas de diciembre.

    2. Conflicto familiar

    Los amamos. Los odiamos. Odiamos que los amemos: ¡son nuestras familias! Pasar tiempo con la gente en su territorio (quizás incluso durmiendo en el dormitorio herméticamente preservado de tu infancia) tiene una forma de provocar cierta regresión y sacar a la luz viejos problemas que normalmente eres lo suficientemente maduro como para evitar. La perspectiva del yoga te ayuda a deshacerte de ese equipaje más rápido que el tren bala del que viniste.

    Antes de practicar yoga: es posible que hayas sucumbido a la tentación de expresar tus quejas. Y si bien hay un momento y un lugar para hacerlo (¡es una terapia!), es mejor evitarlo entre el entrante y el plato principal en la mesa de la cena navideña.

    Después del yoga: El inevitable choque familiar de los Titanes ya no parece inevitable. Por ejemplo:

    A. Tienes opciones. Puedes elegir no dejarte provocar ni provocar. La meditación te ha enseñado a ser el observador de tus propios pensamientos. Nada pone las cosas en perspectiva tanto como mirar dentro de tu propia cabeza con desapego objetivo.
    B. ¿Le prometimos que respiraría profundamente ? ¡Lo hicimos! Ahora sería un momento excelente para neutralizar su respuesta de lucha o huida con un poco de oxígeno adicional para el sistema nervioso parasimpático.
    C. ¡Tu familia no vive en Perú!*

    3. Vergüenza alimentaria

    Las vacaciones ofrecen muchas oportunidades para que surjan todos nuestros problemas relacionados con la comida. Una persona puede criticarte si comes postre, otra puede hacer lo mismo si no lo haces (ver conflicto familiar, más arriba).

    Antes del yoga: La presión por complacer puede haber generado una espiral de vergüenza alimentaria que podría generar una verdadera sensación de pavor en torno a la temporada navideña.

    Después del yoga: tu cuerpo es quien decide lo que comes. Ahora puedes sentirte bien diciendo que no y también bien diciendo que sí. Para sortear este campo minado con elegancia, considera lo siguiente:

    A. Mantener sus rutinas. Hacer ejercicio, dormir y comer según sus horarios habituales.
    B. Escuchar a tu cuerpo. Está bien decir no a cualquier cosa que no quieras comer o beber. Un simple “no, gracias” debería ser suficiente.
    También está bien disfrutar de los caprichos de temporada que tanto te gustan. “Todo con moderación” es tu nuevo lema navideño. Y si sientes que estás empezando a ser demasiado restrictivo o, por el contrario, a comer en exceso, vuelve a tus rutinas para regular tu sistema (ver A).
    C. ¡Escuchamos que en Perú tienen una quinua buenísima!

    Dejando las bromas de lado, creemos que el yoga te ayuda a tener las herramientas para llevar una vida más saludable, tanto física como mentalmente. Así que, si las vacaciones te han afectado mucho, ponte a trabajar en tu mat. Juntos superaréis esto.

    Amar,

    Liv x

    *Si tu familia vive en Perú, ¡considera Tailandia!

    Por Ann Pizer who has been practicing and writing about yoga for over 20 years.

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